Ya se encuentran en funcionamiento los tres radares de velocidad en los ingresos de tres localidades de Villarino sobre las rutas nacionales 3 y 22, que se instalaron a principios de año y que, luego de una campaña de concientización, comenzaron a operar.

Los aparatos se encuentran en el acceso a Médanos, Pedro Luro y Mayor Buratovich, lugares donde se controla una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora en los dos primeros casos, y de 60km/h en el último. Además, cuentan con sensores para determinar si los vehículos que pasan por ellos lo hacen con las luces bajas encendidas, como lo determina la ley de tránsito.

Si bien cuando se anunció la implementación de estos radares se esperaba que comenzaran a funcionar a principios de año, se priorizó llevar a cabo un trabajo de concientización en los vecinos antes de que comenzaran a funcionar. Así, además de tener que esperar a los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial para la calibración de los equipos, se fue educando a la población que circula por el lugar y que, salvo en contadas oportunidades, levantaba el pie del acelerador al pasar por ellos.

Concretamente, la principal preocupación que había –y que llevó a la puesta en funcionamiento de estos elementos- fue el peligro que significaba para la gente que tenía que cruzar la ruta. En Mayor Buratovich, sin ir más lejos, del otro lado de la ruta 3 sur funciona una escuela técnica, y todos los días cientos de alumnos debían arriesgarse a pasar de un lado al otro; en Luro, por su parte, del otro lado de la traza se encuentra todo el complejo educativo de Fortín Mercedes, que va desde el inicial al nivel secundario.

Por ello, a partir de la última semana, estos aparatos controlan velocidades máximas entre los kilómetros 732 y 733 de la ruta 22, en el acceso a la cabecera; y entre los 778 y 779, y 807,7 y 808,5 de la ruta 3, en los ingresos a Buratovich y Luro, respectivamente.

La idea, se aclara desde la comuna de Villarino, busca reforzar la seguridad de las personas que deban cruzar la calzada, tratando de evitar accidentes de tránsito.

“Arrancamos a controlar velocidad, al tener la autorización definitiva del INTI y después de un buen tiempo haciendo concientización a través de los medios. Habíamos pensado en comenzar antes, pero los organismos nacionales tenían mucho trabajo atrasado para calibrar los equipos”, sostuvo el titular del área de Protección Ciudadana, Martín Pacheco.

El funcionario villarinense aclaró que si bien en muchas ocasiones se tilda la decisión como una cuestión recaudatoria, el fin que se busca es la prevención de accidentes.

“La idea es que quien respeta la velocidad no tendrá problemas ni va a tener que afrontar una multa si respeta las velocidades permitidas”, explicó.

Además, reconoció que si bien no cuentan con el acceso para saber qué tanto respetó la gente las velocidades máximas en esos sitios durante el período de concientización, sí se podía observa a través de las cámaras que desaceleraban al acercarse a los accesos.

“Se nota que están en conocimiento de la instalación de los radares. En general se muestran conformes, y muchos incluso nos hacen algunas acotaciones para mejorar el sistema”, manifestó.

Sin embargo, aclaró que en momentos de horario pico –sobre todo en los vinculados a los horarios en las escuelas- se sumarán en esos sectores inspectores municipales y efectivos de Defensa Civil “para llevar la mayor protección a quienes transitan o tienen que cruzar la ruta, que en horario pico se hace muy difícil”.

Pacheco destacó también que en todos estos lugares hay carteles que avisan de la presencia de estos radares.

“De eso se encargó la Agencia Nacional Vial, ya que por ley tienen que ubicarse a tantos kilómetros avisando sobre la fiscalización y también de las velocidades que toma”, sostuvo.

?>