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La caída en las coberturas de vacunación comenzó con la pandemia de Covid-19, pero no se revirtió después. Y afecta principalmente a lactantes, niños y niñas en edad escolar y adolescentes. Mientras crecen los discursos antivacunas y la desinformación, incluso desde ámbitos oficiales. Ante este panorama, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) transmitió su “preocupación” y alertó sobre la necesidad de tomar medidas.
Lo hizo de cara a la Semana Anual de Vacunación de las Américas (SVA), que se conmemora del 20 al 27 de abril. Las autoridades de la SAP emitieron un documento para resaltar la importancia de ‘cerrar las brechas de inmunidad más urgentes dando prioridad a las personas no vacunadas y subvacunadas; generar confianza en la seguridad y eficacia de todas las vacunas; apoyar una mayor aceptación de las vacunas en todas las edades y para todos los agentes que previenen; y recuperar y mantener los objetivos regionales de control y eliminación, apoyando la Iniciativa de Eliminación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)’.
El problema se da a nivel regional. Según datos de la OPS, 1,2 millones de bebés menores de un año siguen desprotegidos en las Américas. Y 15 de cada 100 están solo parcialmente protegidos contra enfermedades prevenibles por vacunación.
Si bien la Argentina tiene un calendario de vacunación obligatoria ejemplar y una cobertura alta, nunca recuperó los niveles pre-pandémicos. En marzo de este año, el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas de la Fundación Bunge y Born plasmó ese dato y reflejó que casi la mitad de la población no se aplica el refuerzo Covid-19.
Una tendencia que preocupa desde 2020, agravada por discursos que siembran dudas sobre las vacunas, como los del propio presidente Javier Milei, quien dio datos erróneos sobre los procesos de aprobación de las vacunas y desinformó sobre la vacuna contra el dengue, ya avalada por la ANMAT.
Una caída multicausal
“La gente tiene que comprender la magnitud de la importancia que tienen las vacunas en la prevención y erradicación de enfermedades. Es necesario trabajar con las estrategias de vacunación dándole alta prioridad y compromiso para revertir esta situación”, planteó María Florencia Lución, miembro de la Subcomisión de Epidemiología de la Sociedad Argentina de Pediatría.
“Indudablemente, la caída obedece a múltiples factores. Como, entre otros, dificultades económicas para acceder al centro de salud, la escasez de recurso humano, horarios acotados, la disminución de las consultas y de los controles de salud que posibiliten la indicación de las vacunas correspondientes, falsas contraindicaciones, desconocimiento o baja percepción de riesgo por parte de la población, y factores vinculados a la falta de confianza”, dijo Miriam Calvari, del Comité de Infectología de la SAP.
Por su parte, la prosecretaria de ese comité, Silvina Ruvinsky, señaló que “si bien es crucial reconocer los logros alcanzados en la Región de las Américas gracias a los programas de inmunización existentes, también deben tenerse en cuenta los desafíos recientes, como la disminución de la cobertura de vacunación. Por ello, la campaña de este año define claramente el siguiente objetivo: revitalizar los programas nacionales de inmunización dándoles prominencia en la agenda política”.
A lo largo de la Semana de Vacunación en las Américas hay múltiples eventos sobre el tema y “un llamamiento al fortalecimiento de programas nacionales de inmunización, así como promover el acceso equitativo de todas las personas a las vacunas, para preservar la salud de los niños, los adolescentes, los adultos y las sociedades en todas partes”, indicó María del Valle Juárez, de la Subcomisión de Epidemiología de la SAP.
Las y los profesionales apuntan sobre todo a promover la equidad en el acceso a las vacunas y proporcionar información confiable sobre su seguridad y eficacia. “Las vacunas constituyen una de las herramientas principales para el control de las enfermedades inmunoprevenibles de alto impacto en la salud de la población, tales como sarampión, poliomielitis, tétanos, difteria, coqueluche, neumonía, meningitis y las diarreas por rotavirus. Las vacunas protegen la salud individual, salvan millones de vidas y, con niveles altos de cobertura, evitan que reaparezcan enfermedades que están controladas, por lo que constituyen una de las estrategias sanitarias más efectivas”, definieron en el documento.
Recomendaciones pediátricas
Con la meta de fortalecer la cobertura de vacunación, desde la SAP insisten en la capacitación continua para profesionales y vacunadores, así como en la educación a las familias acerca de creencias erróneas sobre supuestas contraindicaciones. En tiempos de fake news, negacionismos y cuestionamientos a la ciencia, muchas veces desde quienes están en lugares de poder, el factor información y educación se vuelve clave.
En los consultorios, las y los pediatras tienen la oportunidad de “aconsejar adecuadamente a las familias sobre la importancia de la vacunación a los intervalos recomendados” y dar pautas como que se pueden “administrar simultáneamente todas las vacunas posibles que correspondan por edad en sitios anatómicos diferentes; sólo las vacunas a virus vivos atenuados de administración parenteral (varicela, triple viral y fiebre amarilla) requieren respetar un intervalo de cuatro semanas cuando éstas no fueron administradas en forma simultánea y las vacunas contra COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, el mismo día o en días diferentes sin requerir intervalos entre dosis”.
“Deben realizarse los máximos esfuerzos para mejorar y mantener coberturas de vacunación adecuadas y homogéneas en todo el territorio nacional para evitar la reemergencia de viejas enfermedades eliminadas en la región (poliomielitis, tétanos neonatal, sarampión, rubéola y síndrome de rubéola congénita), así como el aumento de casos de enfermedades controladas como resultado de la vacunación masiva (hepatitis A, enfermedades invasivas por Hib, coqueluche, difteria y tétanos)”, destacó Elizabeth Bogdanowicz, del Comité de Infectología de la SAP.