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INTERÉS GENERAL | NOTICIA FECHA: 23/05/2025

Última travesía del ARA Alférez Sobral: fue hundido en el mar abierto

Última travesía del ARA Alférez Sobral: fue hundido en el mar abierto

El viejo aviso ARA Alférez Sobral fue remolcado el lunes 19 de mayo por el ARA Puerto Argentino rumbo a mar abierto. Su destino final no fue un muelle ni un museo, sino las profundidades del Atlántico Sur hundido como blanco en un ejercicio naval.

Así se despidió el buque que, en la noche del 2 de mayo de 1982, quedó marcado para siempre en la memoria colectiva argentina: atacado por helicópteros británicos mientras acudía al rescate de dos pilotos eyectados, el Sobral perdió a ocho de sus tripulantes, incluido su comandante.

Los caídos en aquella noche trágica y heroica fueron el Capitán de Corbeta Sergio Raúl Gómez Roca, los Cabo Principal Ramón Omar Cabrera y Mario Aurelio Alancay, los Cabo Segundo César Gustavo Rodríguez y Héctor Daniel Medina y los Marineros Mario Gustavo Alcaraz, Jorge Oscar Gualdieri y Juan Domingo Baldini.

Han pasado más de cuatro décadas desde aquel acto de valentía. Hoy, las carencias presupuestarias han impuesto un cierre forzado: el Sobral, que supo resistir fuego enemigo y guardar luto por sus caídos, no pudo resistir el abandono de la paz.

Su casco, corroído por el tiempo, llevaba años amarrado en la Base Naval Mar del Plata. Las iniciativas para preservarlo como museo flotante, o trasladarlo a alguna ciudad del litoral argentino donde pudiera mantener viva su historia, naufragaron una a una frente a la indiferencia de los despachos oficiales y la falta de fondos. Santa Cruz, Chubut, Santa Fe, Entre Ríos y hasta Ushuaia se mencionaron como posibles destinos. Hubo promesas, hubo voluntades, pero nunca llegó el apoyo real. “Lo intentamos, pero lamentablemente no se pudo”, resumieron, con resignación.

El pasado 10 de septiembre, su nombre apareció en una lista de subasta junto a las corbetas Tipo A69 Drummond y Guerrico, también veteranas de Malvinas. La reacción pública fue inmediata, y el anuncio de su venta generó una oleada de reclamos. Fue entonces cuando, en un último intento por salvarlo, el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina decidieron retirar el Sobral de la subasta y otorgar un plazo de tres meses para presentar un plan de conservación. Pero el tiempo pasó, y el silencio pesó más que las intenciones.

Así, el ARA Alférez Sobral siguió el mismo camino que otros barcos con historia: fue hundido como blanco en un ejercicio naval. En la tradición marinera, esa es considerada una muerte honorable: la sepultura en alta mar, el último acto de servicio para un buque que fue testigo y protagonista del dolor y del coraje. El propio Sobral había remolcado en 1988 al ARA Piedrabuena, que encontró un destino similar.

Es una despedida que duele. Porque no se trata solo de acero o de presupuesto. Se trata de memoria, de respeto, de lo que una Nación decide hacer con los símbolos de su historia. El Sobral no fue solo una embarcación: fue un refugio en medio del fuego, un escudo en la noche negra del conflicto, y un testimonio flotante del valor argentino en las heladas aguas de Malvinas.

FUENTE: Pescare
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