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En su quinta sesión ordinaria del 2024, el Senado bonaerense dio media sanción al proyecto unificado del legislador camporista, Emmanuel González Santalla, y de la senadora del GEN, Lorena Mandagarán, para promover el uso responsable de las pantallas en las escuelas primarias y en la primera niñez.
En rigor, la iniciativa de Santalla y Mandagarán tiene por objeto o promover el uso seguro y responsable de pantallas, informar y concientizar a la población sobre los riesgos y efectos nocivos de la exposición en las infancias, y regular la utilización de los celulares por parte de los alumnos del nivel primario durante su permanencia en los establecimientos educativos de gestión pública y privada de la provincia de Buenos Aires.
En ese sentido, los chicos y chicas que cursen su educación primaria no podrán utilizar sus celulares durante la jornada educativa, salvo que lo requiera y/o autorice el docente a cargo para dar cumplimiento a los objetivos pedagógicos propuestos en el plan de estudio correspondiente.
Asimismo, la iniciativa también propone la realización de campañas de difusión y concientización sobre el uso responsable de los celulares en las escuelas en las páginas y plataformas digitales del Gobierno bonaerense, y la colocación de cartelería en centros de salud, instituciones educativas y demás locaciones con el fin de informar acerca de los riesgos de la exposición a pantallas en niños de hasta 12 años de edad.
“Fue un proyecto mejorado a través de su recorrido por esta Cámara. El proyecto busca trabajar en el uso responsable de los celulares en las escuelas primarias. Busca limitar, aunque la palabra no guste demasiado, para permitir a los chicos y chicas que levanten la cabeza de la pantalla y empiecen a mirar a los maestros, a interactuar entre ellos y desarrollar la concentración”, afirmó Santalla.
En esa línea, el senador bonaerense camporista sostuvo que “muchos nos agarramos la cabeza con los problemas de ludopatía infantil, pero nos parece lo más normal del mundo poner una pantalla en la mano de los chicos en muy temprana edad. La ludopatía es una consecuencia más del mal uso de los celulares en los niños y niñas”.
“Cuando discutimos esto con especialistas, con docentes, y en las comisiones de esta Cámara, concluimos que este no es sólo un problema el excesivo uso de pantallas sino el retiro de los adultos en el acompañamiento de esos niños”, expuso Santalla y concluyó: “Nosotros planteamos la responsabilidad en las escuelas primarias porque nos parece el primer paso, pero esta problemática se debe atender en el conjunto de la sociedad”.
Vale recordar que, previo a su unificación, las iniciativas de los legisladores tenían algunas diferencias. El de Mandagarán plantea en rasgos generales la obligatoriedad de que los establecimientos del sector público y privado de la provincia de Buenos Aires exhiban estas folleterías acerca de los efectos nocivos que ocasiona la exposición a pantallas en los niños, con recomendaciones sobre el uso saludable de la tecnología.
En el caso de la propuesta de Santalla, directamente busca prohibir “en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires el uso de pantallas por parte de alumnos y alumnas de nivel primario, durante su permanencia en los establecimientos de educación pública o privada, y cuando su utilización no fuera requerida por personal docente”.
“Son proyectos muy importantes y unir las voces y miradas significa hacernos cargo… este tema de las pantallas se tiene que convertir un proyecto de ley. Darle el peso de ley significa darle el volumen que requiere el tema, como dijeron los especialistas se trata de un tema de salud pública. No podemos esperar más para avanzar en estas propuestas”, definió en su momento Mandagarán en diálogo con Diputados Bonaerenses.
Luego, el legislador de La Cámpora expuso datos preocupantes: “Los chicos y chicas de entre 7 y 16 años son el 30 por ciento del mercado de teléfonos inteligentes y en el caso de los de entre 10 y 12 años el 80 por ciento tiene teléfonos”. “La verdad es que es alarmante. Los docentes piden que por favor se haga algo. También hay que recuperar la dimensión social de la educación”, sentenció.