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El USS Kitty Hawk se encontraba este domingo frente a la bahía de Punta Arenas, completando así la mitad de su travesía hasta llegar a Texas, donde por menos de un dolar será cortado y vendido como chatarra.
Alguna vez fue el símbolo más grande del poder militar de Estados Unidos en el Indio-Pacífico, utilzado en la guerra de Vietnam hasta el Golfo Pérsico y sobrevivió a una colisión con un submarino soviético.
Durante este último viaje tiene que atravesar un recorrido de más de 25.750 kilómetros, desde la Base Naval Bremerton, Seattle (Costa Pacífico) hasta el Puerto de Brownville, Texas (Costa Atlántico), y en el medio deberá pasar por el Puerto de Los Ángeles (Estados Unidos) Manzanillo (México), Balboa (Panamá), Valparaíso y Punta Arenas (Chile), Montevideo (Uruguay), Salvador (Brasil), Port of Spain (Trinidad y Tobago) y Brownsville (Estados Unidos).
La razón principal de este largo viaje, es que el portaaviones es demasiado grande para atravesar el Canal de Panamá y se ve forzado a deslizarse por la costa de América del Sur y luego subir hasta su destino final.
Lanzado en 1960 y llamado así por el área de Carolina del Norte donde los hermanos Wright volaron por primera vez un avión propulsado, Kitty Hawk sirvió a la Marina de los EE. UU. durante casi 50 años antes de que fuera dado de baja en 2009.
Kitty Hawk fue el último portaaviones estadounidense impulsado por petróleo, una reliquia de una era anterior a la llegada de los barcos de clase Nimitz de propulsión nuclear.