Política | Policiales | Deportes | Interés | Gremiales | Sociales | Culturales | Educación | Whatsapp | Nacionales | El Mundo | Regionales | Religión | Economía | Salud | Edictos | Clima | Feriados 2024 | Diarios Nacionales | Videos
Santiago Couto es un vecino de Bahía Blanca que desde hace tiempo se encuentra inmerso en el trabajo de la tierra a través de integrar el proyecto de Extensión y Voluntariado de la UNS denominado Semillateca, donde aspiran a formar una biblioteca de semillas de árboles. A principios de octubre plantó en la casa de sus padres una semilla de una especie de calabaza originaria de Norteamérica, sin imaginar que a los pocos meses cosecharía un zapallo de 88 kilos y dos metros de perímetro.
El joven destacó que fue un amigo suyo quien lo motivó en esta peculiar iniciativa de plantar un fruto de este tamaño.
“Es una variedad que viene de Estados Unidos, que se llama Atlantic Giant, y es una planta cuyo nombre científico es Cucúrbita Máxima. Tiene un cultivo que no es fácil, pero que tampoco requiere de un trabajo difícil en la zona porque los climas son más o menos parecidos”.
Santiago mencionó que mantuvo la planta en una maceta durante un tiempo y que, de haberla plantado antes, el zapallo podría haber adquirido otro tamaño.
El joven a principios de octubre comenzó con los tratamientos germinativos y a mediados de abril lo cosechó.
“Tiene dos meses hasta que crezca la superficie foliar de la planta y todas las hojas. Después se aplican técnicas especiales y se selecciona una calabaza por planta para potenciar todo el crecimiento a un solo fruto”, puntualizó.
Santiago expresó que, con motivo de su cumpleaños, ayer decidió cosechar la especie con sus amigos y, dado su tamaño, tuvieron que trasladarla entre todos.
“Yo pertenezco a una agrupación que se llama Semillateca de la UNS que es un proyecto de extensión de la UNS. También por ese lado tengo un montón de plantas que las vamos poniendo en algunos lugares de Bahía Blanca como parte de otra iniciativa de la que soy parte”, dijo.
Consultado por la posibilidad de sembrar más semillas de este particular fruto, el joven lo condicionó a una cuestión espacial.
“Habrá que ver después si dispongo del espacio para plantar otra porque ocupa mucho espacio. La idea es intentar hacer otra para ver si se puede superar, acá en lo de mis padres o en otro lugar”.