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Archivo Histórico Municipal
Por Lic. Fernanda Martel
“JAPÓN SE RINDIÓ. DECRETOSE FERIADO PARA MAÑANA PARA TODO EL PAÍS”, era el titular de El Regional del viernes 10 de agosto de 1945. De este modo la población se enteraba de una noticia largamente esperada: tras seis años de enfrentamientos armados, la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin.
Espontáneamente en muchas ciudades del país la gente salió a las calles a festejar, portando banderas de algunas de las naciones vencedoras, tal como lo refleja la imagen publicada el 11 de agosto, cuyo epígrafe rezaba “Manifestación por las calles de Bahía Blanca. Nota gráfica que muestra una parte de la manifestación popular efectuada ayer con motivo de la rendición del Japón. En dicha manifestación se paseó por primera vez, junto a las de Inglaterra, EEUU y Argentina, la bandera de las Repúblicas Soviéticas”.
En las páginas de El Regional, se pudieron ver además varias publicidades comerciales que adherían al triunfo de las naciones aliadas, entre ellas sastrería New Hollywood y relojería La Esfera, cuyos propietarios eran de origen judío, lo cual explica claramente el por qué de su júbilo ante la derrota alemana. Con el correr de los días las manifestaciones continuaron, pero esta vez organizadas por algunas instituciones u organizaciones de trabajadores. En Buenos Aires, por ejemplo, el día lunes 13 de agosto gremios obreros y agrupaciones estudiantiles convocaron a un mitin en la Plaza San Martín para celebrar la victoria aliada. En Bahía Blanca, por su parte, las manifestaciones tuvieron lugar el miércoles 15, organizándose una en horas de la mañana y otra a la tarde. “Los manifestantes se organizaron frente a la sede de diversas entidades obreras, entre ellos los obreros ferroviarios de la sección noroeste y el gremio de los metalúrgicos. En su formación inicial las filas de los manifestantes eran reducidas pero se fueron engrosando hasta llegar a ser el pleno centro un denso gentío”, se leía en La Nueva Provincia. El desfile se realizó por varias calles centrales, y a su paso los comercios cerraron sus puertas, algunos en adhesión a la marcha y otros para evitar incidentes.
En nuestra ciudad las expresiones populares a favor de la paz y la victoria aliada se realizaron el jueves 16 de agosto, estando la comisión organizadora presidida por el escribano Benito Marcalain. El punto de concentración del público fue fijado en la Asociación Cultural Inglesa, ubicada en Paso 360, a las 17 horas. Desde allí la gruesa columna de gente comenzó a desplazarse hacia la calle Urquiza, encabezando la marcha las banderas de Argentina, Estados Unidos, Inglaterra. Francia, Unión Soviética y China, además de un estandarte de Italia Libre[1]. Al llegar a la Sociedad Argentina el señor Francisco W. González pidió un viva por la República Argentina, tras lo cual la manifestación continuó avanzando por calle Humberto e Irigoyen. En dichas calles centrales se habían agolpado a lo largo de las veredas una considerable cantidad de público, destacándose la presencia de un gran número de mujeres. Todos aplaudían el paso de las banderas y los manifestantes, con continuos vivas a la democracia y a las Naciones Unidas.
Ya en la Plaza Belgrano se inició el acto, con la entonación del Himno Nacional por parte de la banda de música de la Agrupación Scouts Almirante Brown, seguido de las notas de La Marsellesa. Posteriormente llegó el turno de los oradores. En El Regional se leía “De inmediato el señor Marcalain abrió el acto pronunciando un discurso que fue muy aplaudido por el público. Luego de darse vivas a la democracia y a todas las naciones que tomaron parte en la lucha contra el totalitarismo, ocupó la tribuna el doctor Ismael Cartolano, quien pronunció un meduloso discurso, que fue seguido atentamente por el inmenso auditorio y muy aplaudido. En nombre de la Asociación Obreros del Estado usó de la palabra el señor Breno Liscio Rosati, quien explicó en forma clara e intergiversable la posición de los obreros argentinos en esta emergencia y en la lucha contra el totalitarismo”. Al finalizar las disertaciones se ejecutó el Himno de Riego[2] y se guardaron dos minutos de silencio en homenaje a los caídos en la conflagración mundial.
Poco después, el sábado 18 de agosto, en la sede del Club Rosario los homenajes siguieron con la se realización de un ágape por el fin de la guerra y en honor al triunfo de las naciones aliadas. “Fue servido en Punta Alta el copetín de la victoria”, decía La Nueva Provincia, y luego agregaba “En el espacioso local fueron colocadas las mesas formando una V de “victoria”, con el vértice lindando con el escenario. En ese lugar fue colocada una bandera argentina, conjuntamente con la de Estados Unidos, la URSS, Reino Unido, Francia y China, enseña de la España republicana y un estandarte del Comité Italia Libre.”
La reunión comenzó a las 20 hs, contando con una importante concurrencia de público, sobresaliendo además, la presencia de gran número de mujeres, tal como había sucedido en la manifestación popular realizada por las calles de la ciudad, apenas dos días antes. Al servirse el copetín comenzaron las disertaciones del señor Higinio Gallego, el escribano Aníbal Mailhe y el señor Naiflisch. En nombre de la Asociación Trabajadores del Estado tomó la palabra el señor Hugo De Prieto mientras que el señor Felipe Ayuso lo hizo en nombre del Centro Democrático Español. Dicho momento constituyó uno de los pasajes más emotivos, al referirse a la lucha del pueblo español por la libertad y al sufrimiento vivido durante la última guerra civil, en la que participaron fuerzas de Alemania e Italia para imponer un régimen fascista.
Otros oradores fueron los señores Cayetano Alfieri Principato y Papken Zovikian. Para finalizar el acto el señor Marcalain leyó unas estrofas del “Apóstrofe” de Almafuerte y la señorita Cecilia Saidengor recitó una poesía alusiva a la paz.
Pasadas las 21 hs finalizó la reunión. De esta manera en Punta Alta, como en tantas ciudades del país y del mundo, la comunidad toda festejaba la caída del nazismo y el fascismo; con mucha esperanza se celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento de la paz.
Agradecimientos
Cristian Ovejero, Archivo de La Nueva.
Fuentes
El Regional, Punta Alta, 10/08/1945; 18/8/1945; 20/08/1945.
La Nueva Provincia, Punta Alta, 16/08/45; 17/08/1945; 20/08/1945.
Citas
[1] La colectividad italiana no portó la bandera de Italia ya que, bajo el gobierno totalitario de Benito Mussolini, era una de las naciones vencidas en la Segunda Guerra Mundial.
[2] Es un antiguo himno nacional español, cuyo nombre hace alusión al teniente coronel Rafael de Riego, quien en 1820 encabezó un pronunciamiento en contra de la monarquía absoluta del rey Fernando VII. A semejanza de La Marsellesa, era un canto de guerra para motivar a la tropa que acabó convirtiéndose en un símbolo de la democracia.