Si hay algo que dejó al descubierto la pandemia es, que tan miserables pueden ser algunas personas, en todo el mundo. Nos hemos cansado a lo largo de estos dos años, y en este contexto, escuchar, ver y a veces ser testigos de las inexplicables actitudes de otros.

Son noticia, al menos una vez por día, las agresiones a médicos, enfermeros y personal de salud en hospitales, clínicas privadas, centros de testeo y en varios ámbitos también fuera del sanitario.

Punta Alta, lamentablemente no es la excepción a estos episodios. Camila, una joven residente rosaleña, habría sufrido el maltrato de un chofer de colectivo de la línea 319, al abordar el transporte -vestida con su ambo- cuando se dirigía al nosocomio local a cumplir su noble tarea. Eduardo, su padre relató la situación y adelantó que realizará las denuncias pertinentes hacia el chofer.

Al respecto expresó “soy padre de Camila, ella tiene 24 años, y es profesional de la salud, se desempeña como Instrumentista Quirúrgica en el Hospital “Eva Perón”. Ella, hoy martes a las 6.40 de la mañana, tomó un colectivo de la línea 319 en la esquina de Puerto Madryn y Paso, ya que es la línea que más cómoda le queda para llegar a su trabajo. Sube al colectivo, paga con su tarjeta y observa que el chofer le dice algo, ella iba con auriculares, se los saca y pregunta que sucedía, cuando el chofer de muy mala manera le dice: ‘ustedes son los que andan desparramando toda esta peste’, yo te lo estoy diciendo de una manera suave”.

Ante esta situación, que relata su padre, la joven responde: “yo estoy trabajando, no tengo nada que ver”. De inmediato el chofer de mala manera le responde: ‘si mañana llegás a volver vestida así, no te subo más al colectivo’. Mi hija le explica que con el ambo que tenía puesto, no trabaja. Si no es la ropa, con la que ella se mueve en las áreas comúnes del hospital, siendo personal de salud”. El padre de la profesional, explicó que “el personal de salud, al ingresar al hospital, tiene una sala intermedia en donde se testea a todo el personal, donde se cambian; y es con otra ropa, con la que asisten en quirófano, que al retirarse se la quitan y se ponen otro ambo, otro uniforme”.

Luego Eduardo continuó: “el chofer no le prestó atención y le repitió que si mañana no iba con ‘ropa común no la iba a subir más’. Es muy indignante, a ella la agarró muy fría. Me dijo que no se avivó de tomarle el número del colectivo. Me dijo que sólo ‘quería sentarse y ponerse a llorar’, nada más” relató angustiado el padre de Camila.

“Ella es jovencita, no es un adulto mayor que podría haberle respondido algo”, dijo; “al personal de salud se lo testea cada vez que ingresa, para ver en qué estado se encuentran, y es todos los días. Ellos no quieren introducir ningún virus en un área tan crítica como es el quirófano” aseguró Eduardo, un vecino puntaltense y padre de la joven profesional.

Tras el hecho, contó: “me comuniqué con la empresa El Villarino, y al rato, el Sr. Di Marco me llamó muy atentamente, me pidió toda la información, y me dijeron que iban a tratar de ubicar a chofer de la unidad, con la propia tarjeta del Villarino, y así averiguar cuál interno había sido” y aseguró: “estaba por hacer la denuncia a la CNRT y a la Policía local, pero hasta que no tenga el número de interno, no puedo hacer ningún trámite, pero voy a denunciarlo”.

Camila se recibió hace dos años de técnica anestesista e instrumentadora quirúrgica y hace menos de un mes se recibió de Licenciada en Instrumentista, “Camila hace lo que le gusta, no es sólo un trabajo más, Camila hace lo que le apasiona” dijo orgulloso su padre con un dejo de angustia por lo sucedido.

 

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