Una vecina rosaleña, fue víctima de un robo, el fin de semana, mientras ingresaba en su vivienda, ubicada en la zona de Ciudad Atlántida.

La mujer, al recordar lo ocurrido, expresó: "es difícil revivir ese momento. Cuando te pasa se te hiela la sangre. Tuve mucho miedo", dijo a Radio Rosales.

Sobre el hecho Amelia comentó: "el sábado salí a misa, y después pasé a comprar una cosas. Llegó a casa, cerca de las 20.30, 21 horas; y dejé el auto abierto, en la puerta de mi casa. Es más dejé la cartera en el auto y los ravioles, porque bajé a abrir la puerta y a dejar el helado en la mesa. Yo no ví nada extraño, no vi a nadie afuera, no sé en que momento habrá entrado. Ya dentro de mi casa, dejo las cosas en la mesa, cuando siento que alguien me pone las manos en la boca. Me apretó fuerte y me lastimó los labios y la naríz, mientras me decía "no hables, no digas nada callate la boca", relató claramente Amelia.

Siguiendo con el relato detalló: "Me decía: 'plata, dame la plata; vamos a la pieza'. Yo le dije que hace meses me habían robado mucha plata y que no tenía dinero. Tampoco cosas de oro. Desde ese día de aquel robo no pongo plata en el ropero, no tengo más plata. También me pedía joyas de oro. Me miró la cadenita de San Benito, que tenía puesta, pero no me la robó porque es de acero quirúrgico.Yo tenía miedo que me pegue porque no tenía plata. Salió abrió el auto, sacó la cartera y los ravioles y se fue. Se llevó 1050 pesos que tenía en efectivo, más los ravioles. Era alto y joven. Para mí drogado no estaba, más bien estaba muy nervioso. No pude ver ni como estaba vestido, ni que pantalón, nada, nada. Un vecino pudo decirle a la policía que había visto un chico, y como estaba vestido".

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