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El Rosalenio visitó el predio ubicado detrás del barrio Nueva Bahía Blanca, donde históricamente se congregaban cientos de fieles para rendir homenaje a San Cayetano los días 7 de cada mes, principalmente en agosto. El lugar hoy permanece abierto, pero con escaso mantenimiento.
“Esto se hizo siempre de corazón, nunca sacamos un beneficio económico. Siempre hicimos mantenimiento y recibimos a la gente sin cobrarle un solo peso, pero nos cansamos de que rompieran todo y nadie nos ayude”, dijo Eloisa Hossenlopp, una de las propietarias del predio. Incluso, reconoció que piensa “donar la imagen de San Cayetano y cerrar el predio”.
El predio cuenta con un arco de ingreso con la frase "Bienvenidos al huerto del Señor", y una reja que permanece sin candado. Dentro del mismo, se observan ramas caídas que dejó el temporal del mes de diciembre y basura acumulada arrojada por vecinos.
Sin embargo, luego de transitar un sendero y al llegar al corazón del predio, uno se encuentra con una especia de capilla al aire libre, donde se realizaban los oficios religiosos. Este sector se encuentra en buen estado, con claros signos de algún mantenimiento y, sobre todo, con signos de seguir siendo visitado por al menos unos pocos fieles que rinden homenaje a San Cayetano.
Ubicada detrás de un altar, la imagen del Patrono del Trabajo permanece intacta, con algunas velas a su alrededor, crucifijos y estampitas.
“Hace muchísimos años que vivimos acá y estamos encargados del predio. Somos los dueños de los terrenos y tenemos todos los papeles en regla. Con mi suegra que falleció, siempre nos encargamos de cuidar todo y recibir a la gente”, explicó Eloisa Hossenlopp, quien reside en la vivienda que está ubicada en forma lindante al predio de la ermita.
“Lo hemos cuidado lo más que pudimos, pero después de la pandemia la gente dejó de venir, y los que venían era para romper cosas”.
“Nosotros siempre hicimos el mantenimiento del predio con dinero de nuestro bolsillo, pero ya nos cansamos. Lamentablemente nadie cuida y nadie ayuda”, dijo Eloisa.
“Jamás le cobramos a la gente, esto siempre fue con el ingreso libre. Hasta el día de hoy, el portón está sin candado y no le hacemos problema a nadie que quiera entrar durante el día”.
“Para arreglarlo y ponerlo en las mejores condiciones, como siempre estuvo, hace falta dinero. Y es difícil conseguir ayuda, nadie ayuda siquiera para barrer, pero todos se quejan”.
“La colaboración y la ayuda son siempre bienvenidas, esto está abierto al público hace muchos años”, dijo Eloisa.
Por último, la mujer aseguró que “como no venía gente, tenía pensado donar el santo y cerrar el predio”.
“Esto ya no tiene futuro porque ya la gente no viene. Si alguien quiere al santo, se lo damos”, concluyó.