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La empresa Conarpesa suma millas y ahora se instalará en Puerto Rosales, en la localidad de Punta Alta, al sur de la provincia de Buenos Aires.
El sitio desdelaraiz.ar expuso que el convenio entre el puerto y la pesquera, asegura una inversión de 148 millones de pesos solo en una primera etapa, y habilita a la empresa a hacer uso del puerto para tareas operativas como construcción, almacenamiento y repuestos.
Sin embargo, pescadores artesanales de Monte Hermoso y la zona mostraron su preocupación tras la llegada de 22 barcos, “de los cuales 8 son costeros que seguramente pescarán dentro del Rincón”, dijo el presidente de la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso Eduardo Flores. “No nos molesta que Conarpesa descargue ahí”, aseguró, “lo que no se tiene que permitir es la pesca de estos barcos al filo del Paralelo 41, donde comienza la Zona del Rincón”, dijo Flores.
Otros apoyos han surgido como el del diputado provincial por la 6ª sección electoral, Alejandro Dichiara, que admitió que “Conarpesa fue la empresa que arrastró la zona del Rincón”, refiriéndose a una situación similar durante la década pasada. “Por lo que estamos en estado de alerta”, advirtió.
El Rincón y el negocio del langostino en la mira de Conarpesa
La Zona del Rincón es la segunda área más importante del variado costero bonaerense, y se desprende desde el Paralelo 41 al 39 y del Meridiano 61 hasta el 59: desde Claromecó (Tres Arroyos) hasta Bahía San Blas (Patagones), y comprende unos 50 metros de profundidad.
Los frentes térmicos de temperatura son el fenómeno que se produce gracias a la mezcla de corrientes oceánicas; la de Brasil y la de Malvinas. Más las descargas de agua dulce del Río de La Plata, que generan un clima casi perfecto para la reproducción de más de 70 especies costeras del litoral marino. Entre ellas los principales que Argentina exporta; merluza y calamar.
En el 2004 surgió la primera medida de protección para esta zona, una veda que prohíba la pesca de arrastre durante la época de mayor reproducción (octubre-febrero). Sin embargo la misma fue sufriendo modificaciones hasta el 2009 que quedó de forma inamovible. “Las vedas nos resultan mecanismos de protección de los más fáciles para el control desde el monitoreo satelital”, dijo a DLR Claudio Ruarte, investigador del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep)
Dicha medida ha sido beneficiosa para la restauración de algunas especies en el mar, como el caso de la corvina. Tanto Ruarte como Flores, afirman que “desde hace algunos años se está volviendo a pescar corvina desde la costa”, algo que no pasaba hace mucho tiempo. “Para que puedan verse resultados positivos en el ecosistema hay que mantener una veda al menos 10 años”, menciona el biólogo, quien afirma que desde el 2018 al 2021 “se han visto mejoras de densidades de especies en el mar”.
En el caso del langostino, desde hace meses está migrando de sur a norte, y “por factores que aún no se conocen con determinación” según el biólogo, hay una sobreabundancia de esta especie. Se expandieron desde los Golfos a la altura de Puerto Madryn, hasta la plataforma, y cada vez más al norte, llegando hasta el borde del paralelo 41, donde empieza la Zona del Rincón. La especie no reconoce de jurisdicciones en el mar, por lo que podría encontrarse por momentos dentro o fuera de la zona vedada.
Según un informe de la Cámara de Buques Pesqueros Congeladores, en el 2020 Argentina exportó 110 mil toneladas de langostino por 696 millones de dólares. En 2018: 243 mil. Año récord de exportaciones de pescado para el país. Donde hay langostino, Conarpesa pone el ojo. La intención de la pesquera que lidera las exportaciones del país, es asentarse en uno de los puertos más directos hacia la Zona del Rincón. Flores denuncia que durante el 2021 “se pescaron 200 mil toneladas de langostino” en dicha zona protegida.
¿Qué hay detrás del langostino? La actividad de pesca industrial más depredadora del ecosistema marino: la utilización de redes con mallas extra-chicas permite no solo la pesca del langostino, sino de todo lo demás que arrastre la red. Toneladas de peces que luego son descartados. “Para pescar el langostino hay que matar todo lo que hay en el mar”, dijo Flores. “Sabemos lo que significa pescar esa especie, por eso no lo hacemos”.
Sin embargo a las pesqueras les importa poco los demás pescados, ya que el valor del langostino es incomparable con cualquier otro. Es el producto estrella argentino. “Una tonelada de langostino sale 7 millones de dólares. Una de pescadilla, 1.300 dólares”, asegura Flores. “Con la diferencia que el langostino se lo comen los europeos. El otro pescado va a parar a las mesas de los argentinos”, agregó.
Guardianes del mar y del recurso
Los pescadores artesanales de la zona se organizaron bajo el Consejo Regional del Sudoeste, integrado por 7 municipios y sus respectivas cámaras de pescadores artesanales que representan 500 km de costa; Bahía Blanca, General Rosales, Villarino, Patagones, Dorrego, Monte Hermoso y Tres Arroyos.
Sin embargo, los pescadores artesanales de Monte Hermoso representan una de las localidades impulsoras de esta lucha por la protección del recurso en la Zona del Rincón, que lleva ya 20 años. Su historia es larga. Su propósito nació luchando contra el accionar de los barcos industriales a fines de los 90´, con el boom de la pesca industrial argentina.
En el 2000 los pescadores artesanales de Monte Hermoso hicieron los primeros cortes de ruta logrando la primera regulación en las aguas de su zona; la Resolución 491, que estableció una veda para los barcos industriales. En el 2006 y en el 2014 hubo intentos de asentamientos de barcos en puertos aledaños a la localidad. Ambas acciones fueron denunciadas por los pescadores, quienes iniciaron juicio a la provincia de Buenos Aires, y en las dos oportunidades lo ganaron.
El primero fue a raíz de un proyecto del Ministerio de Desarrollo Agrario Bonaerense y la empresa China “White Gulf”, que pretendía que seis embarcaciones pesquen en la Zona del Rincón y desembarquen en el puerto de Bahía Blanca. A raíz del juicio, se estableció la construcción de un Plan de Manejo, que indica que, “cuando el recurso está en crisis, debe hacerse un estudio y reordenar zonas de reservas y vedas, cuidando los lugares de desove” (Ley 11.477, art. 12)
De este modo, los pescadores artesanales de Monte Hermoso se consagraron como los únicos en tener 5 millas protegidas para ejercer su actividad, lo que permitió que vuelva la pesca embarcada y deportiva, una fuente de trabajo para varios pescadores de la zona. El último juicio duró más de 10 años en resolverse, y fue por el asentamiento de cuatro buques marplatenses en la misma zona estratégica.
Los pescadores artesanales de la región alertan desde hace años la extinción del recurso en el norte de la provincia de Buenos Aires. “Si no hubiéramos luchado por la protección de estas aguas, acá sería igual”, dijo Flores, quien anticipó que el gran conflicto será cuando se encuentre biomasa de langostino en la zona. Ese momento llegó y “si no se respetan zonas y vedas, los pueblos se van a movilizar”, aseguró. “La Zona del Rincón será una zona protegida. Va a ser para que todos pesquen”, afirmó el referente.