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El Pueblo San José del partido de Coronel Suárez abre sus puertas este sábado una vez más para celebrar una de sus tradicionales fiestas, de las más convocantes que se realizan para homenajear las raíces familiares de los Alemanes del Volga.
Se trata de la edición número 22 de la Fiesta de la Carneada, que es organizada por la Asociación Cultural Germano Argentina y la Asociación Descendientes de Alemanes del Volga, en el Club Germano, con el condimento de ser una de las más esperadas en toda la región.
Juan Hippener y Gustavo Waigel, dos de sus principales organizadores, contaron cómo viven la previa de esta celebración que combina tradición, encuentro y un menú único que homenajea las raíces de la carneada familiar.
Para Hippener, referente histórico de la fiesta y con 74 años de trayectoria, el sentido de este evento va mucho más allá de compartir un plato.
“La hacemos con mucho entusiasmo. Es algo que está en la sangre. Nosotros ya vamos dejando paso a los más jóvenes para que esto tenga continuidad. Queremos que aprendan, que la vivan y que el día de mañana la sigan organizando”, afirmó.
Gustavo Waigel, en tanto, remarcó la gran expectativa y el trabajo previo que exige la organización.
“No es una cena cualquiera. Venimos trabajando desde principios de año. Hay que preparar el chorizo, salame, bondiola, jamón; son meses de anticipación. Después, en los días previos, hay que ajustar cada detalle para que todo salga bien”, sostuvo.
La Fiesta de la Carneada en la Colonia II se distingue no sólo por el ambiente cálido y familiar que logra reunir a amigos, familias y grupos de toda la región, sino por su menú tradicional, que revive recetas y sabores típicos de la carneada casera.
“El plato de fiambres es la vedette. La gente nos dice ‘esto lo hacía mi abuelo, mi abuela’. Buscamos recrear esa mesa de campo, con morcilla negra y blanca, jamón, salame, bondiola y, este año, sumamos un queso más artesanal y un chorizo ruso o leberwurst que es parte de la historia local”, contó.
El plato principal es otro clásico que no falla: carne al horno de barro con papas.
“Tiene ese aroma inconfundible. Hay algo especial en cómo sale esa carne”, señaló Waigel.
Pero la carneada no es sólo la comida; es el reencuentro, es el trabajo en equipo, es la cocina llena de anécdotas, bromas y recuerdos.
Hippener reflexionó sobre esa esencia: “En mi época nos íbamos varios días a ayudar a carnear a los parientes. Era una fiesta. Hoy cuesta más encontrar ese tiempo, pero lo importante es que sigamos haciéndolo, que sigamos sembrando para que esto continúe”.
La fiesta no sólo convoca a vecinos de Suárez, sino que ha trascendido la región.
“Hay gente que viene de muy lejos, hasta de Orense, por ejemplo. Grupos de amigos, excompañeros de colimba que se reservan varias mesas todos los años. Es un lugar de encuentro que se repite año tras año”, contaron los organizadores.
Ambos destacaron el trabajo silencioso y constante que hay detrás: preparar el club, organizar la seguridad, la limpieza, coordinar cada detalle para que nada falle.
“A veces los chicos que colaboran nos dicen ‘¡qué quilombo!’, pero cuando terminamos, sentarse a ver que salió todo bien es el mayor pago que tenemos”, expresó Hippener.
Emocionado, juan resumió el espíritu de esta fiesta.
“Yo le debo mucho a la gente. A esta altura estoy cosechando lo que sembré. Quiero que esto siga, que la tradición no se pierda, que nuestros chicos aprendan y sigan adelante. Es un homenaje a nuestros padres y abuelos, y también un regalo para los que vienen”, reveló.
La Fiesta de la Carneada se ha convertido en un símbolo de identidad local y en un verdadero homenaje a las costumbres del campo, con sabores, trabajo compartido y afectos que se renuevan en cada edición.
Este sábado, el Club Germano volverá a vestirse de fiesta para celebrar lo mejor de nuestras tradiciones.