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REGIONALES | NOTICIA FECHA: 22/03/2025
Coronel Pringles

La práctica de un extraño deporte que terminó mal: a juicio por lesiones

 La práctica de un extraño deporte que terminó mal: a juicio por lesiones

El uso de un parapente remolcado por un vehículo, como una práctica que aparentemente promocionaban de manera rentada para turistas, terminó de la peor manera para dos personas que tendrán que ir a juicio.

La Justicia rechazó el sobreseimiento de Néstor Mario Agriello y Alejandro Pablo Zaffaroni, quienes deberán responder por el delito de lesiones culposas.

¿Qué sucedió? En una de esas actividades terminaron provocando heridas de consideración a dos ciclistas (un hombre y una mujer) que hacían recreación por la zona rural de Coronel Pringles.

Fue cuando las dos víctimas circulaban en bicicleta por un camino de tierra que cruza la ruta 85 y los parapentistas avanzaban por el mismo sendero, pero en sentido contrario.

Zaffaroni, según consta en la causa, iba al mando del planeador mientras que Agriello conducía el vehículo que lo tiraba con sogas, las cuales habrían alcanzado y lesionado a los ciclistas.

La Sala I de la Cámara Penal, con los votos de los jueces Gustavo Ángel Barbieri y Natalia Margarita Giombi, confirmó en los últimos días la decisión de mandarlos a juicio.

De esa manera se rechazó las apelaciones de los abogados Pablo Soteri (asiste a Zaffaroni) y Mara Hoz (Agriello).

Soteri argumentaba que la materialidad delictiva no estaba acreditada, que Zafaroni había cumplido con los supuestos deberes de cuidado, que el accidente no se produjo por una falla del parapente y que si bien el lugar no está especialmente habilitado para esa actividad, tampoco se encuentra prohibido.

Hoz, por su lado, negó que circularan a "alta velocidad" como afirma la acusación (dijo que según un testigo iban a unos 45 kilómetros por hora) y remarcó que no había prohibición de práctica en ese sector.

También dijo que su asistido frenó el vehículo y les dijo los ciclistas que tuvieran cuidado con la soga y que la responsabilidad y posibilidades de soltar el parapente para evitar que la soga impactara en los ciclistas era de Zaffaroni.


Víctimas y testigos

La Cámara Penal, luego de analizar el caso, entendió que la falta de cumplimiento de los deberes de cuidado de los riesgos que se les imponía a cada uno de los procesados "ha resultado causalmente determinante de las lesiones que sufrieran las víctimas".

Los ciclistas terminaron con lesiones en brazos, hombros y rostro, que incluyeron rupturas de fibras de tendones, como en el caso de una de ellas, que sufrió daños en el llamado manguito rotador.

S.M.A., una de las víctimas, dijo que venían circulando en bicicleta y que "cuando tuve el accidente no se veía nada, nunca pensé que el auto tenía enganchada una soga que estaba remontando un parapente, ese día solo vimos mucha tierra".

Agregó que entre la "nube" de tierra apareció el auto y que ahí sintió como la enganchó la soga al cuello.

“Metí la mano entre la soga y el cuello, queriendo zafar. No entendía qué me pasaba, qué era lo que pasaba, luego caí de espalda al piso”, afirmó la mujer.

Luego pudo confirmar que la soga "atravesaba toda la calle", ya que el parapente estaba remontando dentro de un campo.

R.O.R., el otro ciclista afectado, ratificó los dichos de su compañera y amplió: "La gran velocidad que traía el rodado formó una gran nube de tierra que dificultaba la visibilidad" y que en el cruce con el auto logró distinguir "una linga blanca, como si fuera una soga, que la llevaba atada al vehículo y que obstaculizaba toda la calle".

Dijo que la soga le pegó "de lleno" en el brazo izquierdo, a la altura del hombro, como así también en una oreja y en el cuelllo.

También declaró un testigo, que iba en el auto con Agriello y aseguró que en ese momento Zaffaroni, desde el parapente, le avisó que por el camino venían dos bicicletas en sentido contrario.

Sostuvo que en un momento doblaron y se dieron cuenta de que "la soga no levanta más altura y que los ciclistas no paraban". Declaró que Agriello les gritó "¡guarda con la soga!", pero no pudo evitar el desenlace.

Otro testigo, que iba en el parapente con Zaffaroni, dijo que su compañero le dijo a Agriello que se tire a la banquina por la circulación de las bicicletas.

Agriello, en su descargo, dijo que decidió abortar el remolque al no poder ganar ángulo y que el ciclista levantó con su mano la soga para pasar y eso hizo que su compañera sufriera la caída.

“De la reconstrucción puede advertirse el accionar negligente realizado por los coimputados, que ha consistido en llevar adelante -en forma conjunta y consensuada- el remolque de un parapente con un automotor, circulando por un camino rural -donde circulaban otras personas-, sin adoptar la medidas necesarias para evitar que la actividad riesgosa que estaban llevando adelante implicara un daño o lesión para terceras personas, concluyó la Cámara Penal bahiense en su resolución.


Persistieron con su actividad

Carril. La Cámara remarcó que no solo iban a una velocidad que les impidió detener la marcha, sino que ocupaban el carril contrario, con lo cual se constituyeron en "un obstáculo para el libre tránsito y sin adoptar la medidas requeridas".

Rigurosidad. Ese tipo de actividades imponían cumplir "con rigurosidad" todas las acciones para realizarla "de una forma segura".

Insistencia. "Se ha acreditado, no solo que en su circulación han advertido claramente que estaban invadiendo el carril contrario con la soga que tiraba del parapente, lo que justificaba, por sí solo, el cese de la actividad por el riesgo que implicaba, sino que efectivamente vieron que se acercaban dos ciclistas por la mano contraria y persistieron con su actividad, intentando que el parapente se elevara", agregó la Cámara.

Se pudo evitar. En la misma línea, los jueces de la Cámara Penal consideraron que los dos acusados pudieron realizar otras conductas para evitar el desenlace, lo que pone de relieve la violación al deber de cuidado.

FUENTE: LA NUEVA
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