DOMINGO 05 DE MAYO DE 2024

Durante el fin de semana, el Intendente Mariano Uset y varios funcionarios de la gestión, se mostraron conformes con la obtención de la escritura del edificio, ubicado en calle Vélez Sarfield 55, donde funcionaba el Taller Protegido "Indio Fermín".

Durante su primera gestión, Uset había ordenado cerrar el taller de manera temporal, situación que con el correr del tiempo se fue complicando y demorando para el retorno a la actividad.

Respecto a la documentación obtenida, la ex secretaria de gobierno y actual Diputada Provincial, Abigail Gómez, expuso: “Fue una de las decisiones más difíciles de la gestión, intervenir y cerrar Indio Fermín por sus malas condiciones y mal manejo de los fondos. Hoy con escritura en mano a nombre del Municipio se presenta un nuevo comienzo. Se hizo esperar, tuvo sus complicaciones, pero se logró”.

Los Antecedentes

Si nos remontamos al año 2016, desde la gestión del Intendente, Mariano Uset a los pocos días de haber asumido, manifestó preocupación por el “estado calamitoso en que se encontraba nuestro Taller Protegido Indio Fermín”. En marzo de ese año anunció: “comenzaremos a tomar medidas para mejorar las condiciones de trabajo de los 17 chicos que se encuentran allí. Siendo uno de los mismos, contratado por la Municipalidad de Coronel Rosales”.

“Las actividades que se planifican en los espacios de trabajo de los Talleres Protegidos tienen un sentido, el cual debe ser coherente con un proyecto social, sin estar centrado a un aspecto meramente económico. Las condiciones actuales de Indio Fermín generan un riesgo constante a la integridad psicofísica e impide trabajar cuestiones que hacen a la convivencia y a potencializar las capacidades de cada una de las personas involucradas en el taller".

Además, se destacaba desde la gestión que “la continuidad de este escenario, impide cumplir con los objetivos claros de un Taller Protegido, más aún, vulnera los derechos de los sujetos en sus actividades diarias, lejos de dignificar la vida de los mismos”.

En ese marco, desde el municipio destacaron, que tras un relevamiento “nos encontramos con que los chicos, reciben un peculio mensual por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires de $500. La recaudación del Taller por la venta de manufacturas, según los dichos de la Comisión Directiva, es de $800/$1.000 diarios. Los chicos recibían por la venta un porcentaje equivalente a $150 mensuales aproximadamente”.

También decían que “existe una vivienda comprada con fondos del Taller Protegido, la cual se encuentra a nombre de dos miembros de la Comisión Directiva y una empleada municipal”.

Por otro lado, daban cuenta del estado de situación en el Taller que, según el informe de Defensa Civil, "la seguridad edilicia y las condiciones de seguridad son lamentables y gravísimas, las que ponen en riesgo latente la vida de las personas que se encuentran en el lugar trabajando, existen altas probabilidades de derrumbe de las estructuras, en el patio hay un pozo de importante dimensión, que se desconoce si el mismo corresponde o no a un pozo ciego. El sector de cocina posee techo de madera con las mismas en muy mal estado, aumentando el riesgo de derrumbe. Otro peligro latente es un anafe en el piso y debajo de varios tablones de madera donde se colocan las pizas para poder leudar la masa. Se encontraron eses de ratas por todo el lugar, en su mayoría detrás de los hornos pizzeros, los cuales, además, ninguno tiene perillas. Y además que la totalidad de las paredes están despintadas y con humedad, por lo que no existe ventilación adecuada en ningún sector”.

Avalaba este informe un resumen de lo detectado, además, por el área de bromatología, que indicaba: “observamos la falta de un extractor, cortina sanitaria, puerta mosquera y demás elementos utilizados para la higiene del lugar. Se debe cambiar todo el cielorraso, a su vez, el techo se observa caído con probabilidad de derrumbe. En el patio los asistentes del Taller Protegido se sientan a tomar fresco y a colocar las pre pizzas (hecho que se encuentra prohibido por las normas bromatológicas), allí se observa un techo de chapa roto con posibilidades de derrumbe. Falta de sanitarios, ya que hay un solo baño para comisión, empleados administrativos y asistentes del taller. Los trabajadores no poseen libreta sanitaria ni curso de manipulación de alimentos”.

En este sentido, allá por el 2016, todas las áreas que procedieron a la inspección del lugar coincidieron en la necesidad del cierre de las instalaciones, hasta tanto se corrijan las irregularidades, pero al ser una vivienda alquilada, estas mejoras no ser realizadas.

Respecto de ello, el Intendente Uset anunciaba: “este Municipio actúa y toma las medidas antes de que los desastres sucedan, por lo cual se procederá al cierre de la Institución y posterior traslado de las 16 personas con discapacidad al Taller Protegido y al Centro de día de CINDI, haciéndose cargo el Municipio de costear a los mismos hasta resolver la situación con sus obras sociales, para los que poseen, y en modo permanente, para los que no tienen ese beneficio. En el trascurso del tiempo intentaremos que la vivienda adquirida con fondos de la institución pase a manos del Municipio a fin de realizarle las mejoras necesarias y su correspondiente habilitación".

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