VIERNES 26 DE ABRIL DE 2024

En las últimas semanas la situación de asimetría salarial de los docentes de las Fuerzas Armadas se ha visibilizado federalmente a partir de las creativas muestras de protestas que van desde viralizar fotos y videos, abrazos solidarios a las instituciones, recordar el paso por el Liceo Dámaso Centeno de los míticos Charly García y Nito Mestre hasta desafiar en algunos casos la autoconvocatoria en asambleas por fuera de la institucionalidad de los gremios del sector.

“Docentes de todos los niveles del Liceo Militar General Paz de Córdoba realizaron una concentración en frente del centro educativo pidiendo la equiparación del sueldo en relación a los docentes provinciales. El acto contó con el apoyo de padres de alumnos y ex cadetes”.

"En los últimos cinco años hemos perdido en forma importante nuestro poder adquisitivo con respecto a los salarios, estamos en un 45% de diferencia con un docente de provincia de Buenos Aires, en el último año y medio venimos reclamando que se nos pague el Fonid, con mucho atraso recién nos empezaron a pagar el segundo semestre del 2016", expuso Paola Rivero, docente del Liceo Storni de Misiones.

“Docentes del Liceo General Aráoz de Lamadrid de Tucumán luchan por la equiparación salarial. Al depender del Ministerio de Defensa, son considerados personal civil de las Fuerzas Armadas y su salario es un 40% menor al de los docentes del Ministerio de Educación”.

Esta problemática, estrictamente económica, que arrastra el sector por no contar con un Convenio Colectivo Sectorial propio (o carrera como habitualmente denominan) tiene una implicancia concreta de la pérdida en el salario de casi el 50 por ciento respecto a la escala por igual servicio con las jurisdicciones territoriales, teniendo en cuenta que en todos los casos se trata de los únicos docentes que dependen de la Nación a través del Ministerio de Defensa.

Puesto en comparación con docentes bonaerenses, los docentes de la Escuela de Suboficiales de la Armada en Puerto Belgrano perciben un 45% menos en sus salarios, tomando como referencia el salario testigo del docente de jornada simple que recién inicia su trayectoria laboral en provincia que es de 12 mil pesos aproximadamente, contra los 7.170 que percibe un profesor de nivel medio de 15 horas.

Del mismo modo, otra punta de lanza de la crítica situación está planteada por la demora excesiva en el pago del Incentivo Docente, ya que en comparación con otras jurisdicciones –incluida provincia- los profesores recientemente percibieron la cuota correspondiente al primer semestre 2016, valor que cobraron sin actualización teniendo en cuenta la exposición a la inflación o al tipo de cambio que signaba por entonces 14 pesos por un dólar.

La falta de un CCS además establece un inequidad manifiesta con el personal civil no docente de las FFAA que en el último año logró el reencasillamiento de sus funciones y la equiparación salarial mediante una Unidad Retributiva que es de 11.26.

En este punto la UR correspondiente al sector docente es de 6.27, es decir un 50 por ciento menos que sus compañeros civiles con igual o menor responsabilidad, siendo así por todo concepto el salario más bajo hoy de toda la Administración Pública Nacional.

De hecho, en la práctica coexisten situaciones que ante una igual función existe una diferencia salarial concreta de más de 15 mil pesos entre un docente y un civil en el ámbito educativo de Defensa.

La situación en el horizonte cercano ha comenzado a traducirse en inquietudes legítimas que ponderan la necesidad de gestiones que excedan el marco de un inminente conflicto.

La situación no es desconocida por las autoridades, asentadas en algunos casos por el uso de medidas de “emergencia” que han agudizado la asimetría, como los decretos 682 y 1993, para transformarla en un problema que afecta directamente la economía de los trabajadores.

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