Política | Policiales | Deportes | Interés | Gremiales | Sociales | Culturales | Educación | Whatsapp | Nacionales | El Mundo | Regionales | Religión | Economía | Salud | Edictos | Clima | Feriados 2025 | Diarios Nacionales | Videos
Laura Aranda (71), fue víctima de un violento robo en su casa de calle Bernardo de Irigoyen al 1.100, durante la madrugada del 16 de septiembre de este año. A casi dos meses de ese episodio, la mujer habló en Radio Rosales y contó detalles escalofriantes de la tortura a la que fue sometida durante casi 3 horas. Le quebraron 6 costillas, le desfiguraron el rostro y le destrozaron un tobillo, que no podrá recuperar y seguramente no pueda volver a caminar sin ayuda.
Sin dudas, se trata de un hecho poco habitual en nuestra ciudad, del que no se tenía registros similares en los últimos años. Con una brutalidad y salvajismo pocas veces visto.
“Ese día me desperté a las 5.30hs, aproximadamente, fui al baño y prendí la radio bajita en Radio Rosales, como hacía todas las mañanas. De repente escucho que caminan por el techo, me acerqué a la ventana con mis tres perros, y ellos entraron de golpe, me pegaron una patada en el tobillo, que me lo explotaron, me ataron con alambre en las manos y los pies, y comenzaron a pegarme”, contó Laura.
“Me gritaban, me pegaban y me insultaban. Me preguntaban a los gritos donde estaban los 50.000 dólares. Mi marido (ya fallecido) era jubilado de la Municipalidad y yo trabajaba en un Jardín de Infantes. Somos gente humilde, no teníamos plata”.
“Yo no soy la señora (Amalia) Fortabat, nunca tuvimos ese dinero que me pedían. Soy una simple vieja que con un simple empujón ya estaba. Yo no merecía tanto sufrimiento”.
Fueron dos horas y media de una golpiza brutal que Laura narra recordando distintos fragmentos, con recuerdos que aparecen de repente durante la entrevista.
“Eran dos. El más corpulento se quedó conmigo pegándome, mientras el más flaquito revolvía la casa. No me mató porque no quiso. Me acostó en un sillón, me tapaba la boca y la nariz con la mano (llevaba puesto guantes de lana grises), no me dejaba respirar”.
“En un momento mientras me pegaba, perdí el conocimiento, y cuando me desperté creí que había estado soñando, que era una pesadilla, pero me di cuenta de que no cuando me siguieron pegando”.
“Ahí creí que me iba amatar, pero me perdonó la vida”.
“Se fueron cerca de las 8 de la mañana, me dejaron tirada en el sillón. Con el último aliento que tenía me arrastré hasta la ventana y empecé a gritar, hasta que me escuchó un chico que pasaba en bicicleta. Fue mi ángel salvador. Me encantaría encontrarlo y agradecerle, pero no lo vi más, ni se quién es”.
“Me cambió la vida, ya no soy la misma”
Laura debió ser internada durante varios días en el Hospital Municipal Eva Perón hasta recuperarse de la feroz golpiza recibida. Enormes hematomas en su rostro, seis costillas fisuradas y un tobillo roto por completo.
Un mes después, cuando iba a ser sometida a una cirujía para reconstruir su tobillo, se enteró que los daños habían sido tan grandes que los médicos no podrían colcoarle los calvos que tenían preparados y que no hay forma de recuperar esa articulación.
“Yo salía a caminar 4 veces por semana, ahora ya no puedo volver a caminar sin un andador”. “
“Yo me manejaba sola. Ahora me truncaron todo lo que yo hacía, le pongo garra pero no soy la misma persona. Me cambió la vida, dependo de mi hijo, y de dos señoras que me cuidan a la mañana y a la noche”.
Sin esclarecimiento
Han pasado ya más de 50 días desde el robo y hasta el momento no se conocer novedades acerca de los autores del hecho.
“Me prometieron Justicia. Estoy esperando que la Policía me venga a decir que están detenidos, así me quedo tranquila”.
“La investigación sigue en curso, hay detalles que no los podemos decir. La Policía me prometió que iba a quedar todo esclarecido. Yo confío muchísimo en la Policía”, concluyó Laura.