SÁBADO 20 DE ABRIL DE 2024

En los últimos días, el Consejo Escolar realizó reuniones con directivos y auxiliares de todos los servicios educativos de nivel inicial y primario, a fin de dar a conocer las instancias de los menúes sugeridos para los servicios alimentarios escolares del distrito, en una por demás interesante apuesta para establecer objetivos de balance nutricional y promoción de hábitos saludables.

“Los menúes sugeridos tienen un alto valor de contenido proteico y balance nutricional en todas sus variantes. Natalia Zuzaya, nutricionista del municipio, nos acompaña desde que asumimos en 2015 en cuanto al seguimiento integral del servicio SAE, estableciendo así el correcto aporte nutricional de cada ración tanto para comedores como también para desayunos y meriendas del nivel inicial”

“El año pasado desde la gestión ordenamos el sistema de compras, a través de los proveedores, y esa experiencia positiva nos permite ahora elegir los mejores alimentos y establecer que cada chico tenga calidad en ellos a través de primeras marcas, estableciendo en ello un criterio de igualdad de oportunidades”, expresó la presidenta del Consejo Escolar, Andrea Vogel.

Este cambio en el modelo de gestión además ha permitido ponderar los objetivos que promociona la dirección de Seguridad Alimentaria y Nutrición dependiente de la Dirección General de Cultura y Educación, preocupados por situaciones consecuentes de una desbalanceada alimentación como lo son la obesidad infantil, el sedentarismo extremo, el desgano y la falta de estímulos positivos, entre otros.

“En ese marco desde los servicios alimentarios escolares debemos garantizar menúes variados pero saludables, traducidos en menos azúcares, menos sal, mucha más leche, pan integral reemplazando facturas y alfajores e incorporando por sobre todo frutas y verduras”, afirmó
Por su parte, Natalia Zuzaya reafirmó que el objetivo de los programas de alimentación en las escuelas debe garantizar el 75 por ciento de valor proteico que necesitan recibir los chicos en etapa de crecimiento y que esto debe ser complementado por las familias en el hogar consecuentemente con hábitos saludables.

“La misión de los programas es favorecer el crecimiento ponderado, que es aquel susceptible de medir en talla. Lamentablemente se está viendo chicos acortados, más petizos, sobre todo en los últimos años, con problemas de obesidad temprana en la primera infancia. El propio presidente Macri el otro día en la inauguración de las sesiones del congreso lo mencionó como uno de los objetivos a corregir culturalmente y que hoy es una realidad grave de la cual no nos estamos dando cuenta. Hoy el 50 por ciento de la población tiene problemas vinculados con la obesidad”.

“Distinto sería si los chicos estuvieran bien nutridos, aunque con un peso no correspondido, ya que pasaría por una cuestión estética, pero en la realidad en estos casos hoy esconden desnutrición, sobre todo por falta de aporte proteico. Justamente en los servicios de alimentación escolar lo que se busca es cubrir lo que no hay en la casa. Si deparamos en los menúes sugeridos siempre hay carne, pollo, leche y huevos, asegurando ese valor al 75 de lo que un chico debería como ideal cumplimentar en el día”, detalló la profesional.

Cambios a partir de abril

Diez serán los menúes que a partir de abril habrán de cambiar el marco del servicio alimentario escolar, habiendo para ello mantenido reuniones con directivos y auxiliares de los niveles inicial y primario. Desde luego en las aristas generales la novedad fue recibida con agrado, aunque también con algunas resistencias vinculadas con el prejuicio en el paradigma cantidad-calidad.

“Lógicamente el primer comentario en resistencia fue: “Ahora nos van a poner a todos a dieta”, y la realidad no es así. Cantidad no va en desmedro de calidad, sobre todo teniendo en cuenta que cada menú tiene la ración necesaria para cubrir el aporte nutricional requerido. Nos pasó con el pan. La ración es 30 gramos y aún nos piden más y eso paulatinamente irá cambiando por la incorporación del pan integral, queso y dulces. En el caso de las frutas el objetivo es poder suministrarlas tres veces por semana. Panza llena no implica que nos hayamos alimentado bien”, indicó Vogel.

Zuzaya por su parte abogó por el sentido de la oportunidad que tienen las docentes en el nivel inicial para incorporar hábitos alimentarios, como en el caso de frutas y verduras en la llamada por los padres “guerra de los colores”

“Tengamos presentes que los hábitos alimenticios se construyen en la primera infancia y a esa edad “lo que dice la seño es palabra santa”, de allí que sugerimos comenzar en el jardín y complementar en casa no solo la variedad sino el probar nuevos sabores y texturas. Un chico de 3 años no tiene capacidad de ir al supermercado y elegir los alimentos; somos nosotros los padres quienes lo hacemos. Creo que debemos valorar el esfuerzo que hace la escuela, pero debe ser acompañado también desde casa con educación alimentaria nutricional”.

“Un chico nutricionalmente sano descansa mejor, tiene más energía, colaborando con el desarrollo neurológico, lo que se traduce seguramente en un mejor rendimiento escolar”, concluyó la nutricionista.

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